La entrada llega tarde pero más vale tarde que nunca. Desde la entrada del nuevo rector, Marcos Sacristán, las actitudes anticristianas han redoblado. Primero la “conferencia” de Leo Bassi, luego el cierre de la capilla de
Ante la deriva de los acontecimientos, el capellán de la capilla, José Manuel Hernández Carracedo dijo: hay un grupo de jóvenes -que ni se han puesto en contacto conmigo-, que quieren crispar unas relaciones que son buenas. Se quejan porque la capilla está cerrada con una mampara, pero obvian que antes había una puerta de madera, y se ha puesto esa mampara para proteger el sagrario y al Cristo de Gregorio Fernández, pero se puede ver y rezar. Además, el culto sigue disponible para quien lo pida.
Para cualquiera que se pase por allí verá que la capilla está cerrada y que el Santísimo no está expuesto. Pero claro, al capellán se le debe de haber pasado, si es que alguna vez ha pasado por allí.
Por otro lado,
Coincide que este señor fue además director de comunicación del arzobispado durante el mandato de José Delicado y que además se declara católico. Pero claro, con estos amigos quien necesita enemigos.
Pero algo falla aquí. Si