-Natividad, ¿te gustaría ser amo?
El esclavo no acertaba a responder.
-¿Te gustaría? ¡Dímelo!
-Pues, tal vez sí, señor.
Presentación Campos guardó silencio un instante, y luego,
iluminándosele el rostro con una sonrisa brusca:
-¿Tal vez? ¡Amo es amo y esclavo es esclavo!
Natividad asintió tímidamente.
-Por eso es que es buena la guerra. De la guerra salen los verdaderos
amos.
Arturo Uslar-Pietri en “Las lanzas coloradas”.
En la Embajada española de Bruselas ejercía las funciones de Representante de Falange Española un antiguo anarquista llamado Cantelli, que había llegado en cierta ocasión –según me aseguraron- a pisotear la bandera española, pero que ahora, como tantos otros, era ferviente falangista y decidido paladín de las glorias imperiales de España. Su debilidad eran las reuniones en las que lucía su oratoria rebuscada, exhibiendo en preparados discursos su ignorancia y su audacia. Su tema predilecto era la cuestión social, asfixiada en España –según decía- por el capitalismo y el clericalismo. Se mostraba generoso con los “rojos” a los que Falange estaba dispuesto a “admitirlos y redimirlos” y discrepaba en absoluto de los elementos que él calificaba de reaccionarios en el movimiento franquista. Tenía a sus órdenes unos cuantos “rojos redimidos” que le daban guardia con camisas azules y boinas rojas cuando Cantelli se presentaba en algún acto oficial, por lo que recibían una bonita paga.
José Antonio Aguirre y Lecube en “De Guernica a
Nueva York pasando por Berlín”.
De nuestras dos naciones se dice
que se han convertido hoy –en medio del infierno bélico- en un paraíso terrenal
o en un envidiable oasis. Pero importa tener presente que no hay paraíso en la
tierra, donde no se oculte una serpiente, y que muchos oasis no son más que
alucinaciones del desierto.
Ignacio Anzoategui en “Tres
ensayos españoles”.
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