sábado, 7 de noviembre de 2009

Ante la conmemoracion de Las Cortes de Cádiz.


Las Cortes de Cádiz



En conmemoración de las Cortes de Cádiz, de 1810 a 1812, el Arzobispo de Cádiz Antonio Ceballos ha escrito una pastoral sobre las Cortes. (1)


El texto no es más que ocho puntos y su conclusión donde expone su afán por resaltar la figura de la Iglesia en las cortes. Pero si el obispo se ilustrara más sobre la constitución de 1812 vería que lo primero, es que no por mucho que quisiera no representaba a la sociedad española de aquel entonces; segundo: los discursos asquerosamente antipatrióticos que se dio durante las sesiones, pronunciados más de una vez por el execrable sacerdote Muñoz Torrero (digno de Marchena) que, aunque Rector de la Universidad, se remitió a insultar y exhibir una retahíla de prejuicios tales de Voltaire, Montesquieu o Raynal.


Un ejemplo de esto es el dictamen de los diputados acerca de la supresión de la Inquisición.


Este es el tribunal de la Inquisición, aquel tribunal que de nadie depende en sus procedimientos; que en la persona del inquisidor general es soberano, pues dicta leyes sobre juicios en que se condena a penas temporales; aquel tribunal que en la oscuridad de la noche arranca al esposo de la compañía de su consorte, al padre de los brazos de sus hijos, sin esperanzas de volverlos a ver hasta que sean absueltos o condenados, y sin que puedan convencerse de que la verdad y la justicia exigen su castigo… Es el instrumento más a propósito para encadenar a la nación y remachar los grillos de la esclavitud, con tanta mayor seguridad cuando se procede en nombre de Dios y a favor de la religión… ¡Los sacerdotes, los ministros de un Dios de caridad y de paz, decretar y presenciar el tormento!(2)


Obispo de Cádiz dixit: “pero, en verdad, lo más florido del Clero ilustrado de la época, apoyó positivamente el trabajo constitucional y fue verdadero protagonista de este momento señero de nuestra historia moderna.” Muñoz Torrero no parecía muy ilustrado en cuanto a la realidad. Debajo, parte de una intervención de este singular “ilustrado”:


¿Es posible que se ilustre una nación en la que se esclaviza tan groseramente los pensamientos? Cesó, Señor, de escribirse desde que se estableció la Inquisición: varios de los sabios que fueron la gloria de España en los siglos XV y XVI, o gimieron en las cárceles inquisitoriales o se les obligo a huir de una patria que encadenaba su entendimiento. La libertad de pensar y escribir perecieron con la Inquisición…


La última perla de la pastoral:


Vamos a recordar, en primer lugar, porque debemos un reconocimiento a quienes abrieron un nuevo camino a la historia de nuestro País, aunque a lo largo de un siglo y medio, en medio de convulsiones y enfrentamientos, nuestra Patria haya encontrado muchas dificultades para vivir en paz y progresar según aquellos ideales. Puede decirse que las Cortes de 1812 abrieron una etapa nueva en la vida política española, que nosotros hoy, en estos últimos treinta años de vida constitucional, somos más capaces de valorar al haber podido experimentar en primera persona esta forma de vida colectiva en democracia, igualdad y participación.


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(1) http://www.obispadodecadizyceuta.org/Documentos/Documento.asp?Tabla=Cartas%20Pastorales&Codigo=266


(2) “La leyenda negra” de Julián Juderías

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