CARTA DE SU
SANTIDAD AL GENERAL KANZLER LA VISPERA DE LA TOMA DE ROMA
“Señor
General:
Al momento
que va a consumarse un gran sacrilegio y la mayor de las injusticias y que las
tropas de un Rey católico, sin provocación y sin la menor apariencia de
cualquier motivo, están rodeando con sitio la Capital del Orbe Católico, me veo
antes de todo precisado de dar las gracias a V., Señor General, y a todas
nuestras tropas por el generoso comportamiento que hasta ahora han tenido, por
el cariño que han demostrado hacia la Santa Sede y por el deseo de consagrarse
enteramente a la defensa de esta capital.
Quiero que
estas palabras sean un solemne documento que certifiquen la disciplina, la lealtad
y el valor de las tropas al servicio de esta Santa Sede.
Ahora, por
lo que toca al tiempo que deberá durar la defensa, me veo en la precisión de
mandar que ésta no consista más que en una protesta que sirva para constatar la
violencia, y nada más: es decir, que deberán abrirse los preliminarios para la
rendición al momento en que quede abierta la brecha.
En momentos
en que toda Europa deplora las numerosísimas víctimas, consecuencia de una
guerra entre dos grandes naciones, no pueda decirse que el Vicario de
Jesucristo, a pesar de ser injustamente atacado, tolere un grande derramamiento
de sangre. Nuestra Causa es la de Dios, y nosotros depositamos en Sus manos
toda nuestra defensa.
Bendigo muy
de corazón a V., Señor General, y toda nuestra tropa.
Desde el
Vaticano, 19 de septiembre de 1870.
Pío Papa IX”
No hay comentarios:
Publicar un comentario