miércoles, 12 de septiembre de 2012

Las Memorias de Alfonso Carlos: Lunes 12 de septiembre de 1870.


LUNES 12 DE SEPTIEMBRE DE 1870

Mapa de Roma. Clica para aumentar.

En este día en que cumplí mis 21 años, hice mis devociones en el Jesús; y ya preveía que me faltaría el tiempo para hacerlas otro día. Recibí hoy la primera carta de María de las Nieves, la que me causó la mayor alegría. Casi toda mi Compañía tuvo que ir a la Puerta del Pópolo para trabajar en las barricadas y no la relevaron hasta el siguiente día por la mañana. Los trabajos se hacían con toda prisa, pues se creía que íbamos a ser atacados muy pronto.

Yo di ayer una vuelta en coche con el Teniente Derely, saliendo de Puerta del Pópolo y entrando por Puerta de San Juan Laterano. La puerta Salara estaba cerrada y llenada de tierra por dentro. Delante de la Puerta Pía, la que quedó del todo abierta, se estaban concluyendo los terraplenes y las barricadas. Puertas San Lorenzo y Puerta Maggiore estaba ya cerradas y llenadas de tierra.

Encontramos a varios paisanos que se veía que no eran romanos, sino oficiales italianos disfrazados que iban examinando las murallas por fuera. Fue la última vez que di un paseo. Por la noche supimos que todo el día habían estado pasando la frontera tropas italianas en gran número y en varios puntos. El Coronel Allet, que mandaba el Regimiento de Zuavos, recibió un parte telegráfico del Teniente Coronel de Charette, desde Viterbo, en el que le anunciaba que gran número de italianos marchaban sobre Viterbo, y decía que el Subteniente de zuavos de Kervin, que se hallaba con veinte zuavos en Bagnorea, había quedado prisionero de los italianos. 

El Subteniente Kervin tenía orden de no abandonar ese punto más que cuando estuviesen ya allí los italianos: y habiendo él cumplido la orden, se encontró rodeado por 15.000 hombres; se defendió por un poco de tiempo, pero al fin tuvo que rendirse, y creo que quedaron heridos algunos zuavos. Esta noticia nos dio mucha lástima y ya empezamos a temer que le sucediese lo mismo también a Charette, el que tenía orden de esperar que llegasen los italianos y sólo entonces retirarse sin hacer resistencia.

Empezaron luego a llegar noticas de Civitá Castellana, donde había la quinta Compañía del cuarto Batallón de Zuavos (Capitán de Resimont) y la Compañía de disciplina, mandada por el Capitán Rufini, de línea indígena.

Civitá Castellana
Los telégrafos de Roma a Civitá Castellana ya estaban cortados; de suerte que nada de fijo pudimos saber entonces. Los italianos, según oímos después de muchos días, bombardearon el pequeño fuerte de Civitá Castellana por más de una hora y le rodearon con 20.000 hombres a lo menos. El comandante del fuerte resistió todo lo que pudo, causando bastantes pérdidas al enemigo, pero a lo último viendo que la población iba a ser destruida y sin provecho, y después, sabiendo positivamente que de Roma nadie iría a ayudarle y que toda resistencia sería inútil, se decidió a capitular por la tarde. La Compañía de Zuavos y la otra salieron del fuerte y entregaron las armas según todas las formalidades acostumbradas. Los zuavos tuvieron algunos hombres heridos y creo que algún muerto también. Muchos pensamos en Civitá Castellana, pues en Roma se contaban toda suerte de noticias, y no se podía saber la verdad. 

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