La protección de Napoleón III mantuvo segura Roma durante dos décadas. Pero la caída del Segundo Imperio provocó un cambio de guardia: las tropas de Víctor Manuel II. |
MIS MEMORIAS SOBRE LA INVASION Y
TOMA DE ROMA POR LAS TROPAS ITALIANAS, EL 20 DE SEPTIEMBRE DE 1870,
ESPECIALMENTE LO QUE TOCO A MI COMPAÑIA, LA 6ª, DEL 2º BATALLON DE ZUAVOS DE
PIO IX
Después que
las tropas francesas marcharan de Roma a primeros de agosto de 1870[1],
nunca dudé ya de que las tropas italianas vendrían a atacarnos. Luego que los
últimos franceses se embarcaron en Civitá Vecchia, los italianos, bajo pretexto
de proteger el Estado de Su Santidad, fueron reuniendo tropas en la frontera, y
especialmente en Orvieto y Foligno. Los zuavos siempre estábamos deseando tener
una ocasión de batirnos, y estábamos impacientes por marchar a la frontera. El
Teniente Coronel de Zuavos, Charette[2],
fue con un batallón y medio de Zuavos a ocupar la provincia de Viterbo, que
acababan de abandonar los franceses.
Desde entonces
quedó en Roma muy poca tropa, y a pesar del servicio extraordinariamente
pesado, no vi nunca a ningún zuavo quejarse de esto; antes al contrario, todo lo sufrían con paciencia y con alegría.
Cada semana iban llegando a Civitá Vecchia muchísimos reclutas para los Zuavos;
pero como el invierno último habían marchado unos 1.500 zuavos a sus
respectivos países, así quedábamos todavía pocos para el mucho servicio que
había. Desde los primeros días de septiembre de 1870 siempre estábamos
esperando algo que nos diese que hacer.
[1] Por orden de Luis Napoleón,
tropas francesas protegían los Estados pontificios. Aunque el mismo Emperador
francés auspició el risorgimiento, se opuso a la conquista de Roma, ya
fuera por tratados o por las armas, como fue en Aspromonte (1862) o Mentana
(1867). En julio de 1870, Franca declaraba la guerra a Prusia. Napoleón se veía
obligado a trasladar sus tropas a la frontera francesa, desguarneciendo Roma.
Ocasión que aprovecharon las tropas italianas para conquistar el último reducto
de los Estados pontificios: Roma.
[2] Charette, descendiente del
general vandeano del mismo nombre, se distinguió en la defensa de Roma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario