DOMINGO 11 DE
SEPTIEMBRE DE 1870
Las puertas de Roma aumentaban sus defensas. |
A las dos de
la mañana, poco más o menos, llegaron otros cuarenta hombres de cazadores
indígenas para relevarnos y nosotros nos marchamos. Este fue el primer servicio
de campaña que tuve, aunque muy ligero. Toda la noche no se hizo más que
trabajar en las puertas de Roma; las unas para cerrarlas del todo y en las
otras hacer delante un terraplén y unas aspilleras para poder poner piezas de
artillería y soldados.
Las tropas italianas preparan el asedio. |
Yo empiezo mi semana de servicio en la Compañía y no dudo ya que pronto
tendremos algo que hacer. Por la tarde, a las nueve, fui al casino militar de
Piazza Colonia, como de costumbre, y allí se recibió la noticia por telégrafo
de que las tropas italianas, ya se habían puesto en movimiento hacia la
frontera, y que en Orte había entrado buen número de ellos. Allí no había más
guarnición pontifica que ocho o diez gendarmes; éstos, sin embargo, dispararon
algunos tiros, pero los italianos los cogieron luego prisioneros y un gendarme
pontificio quedó muerto. Esto fue el principio de la invasión italiana.
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